Un tiempo donde fluyen los recuerdos, las frases, los deseos que no tiene en la etapa de su vida algún maestro que marco y dejo profundas huellas con su enseñanza, por eso hoy escribo estas palabras con nostalgia por ya saberme una docente retirada de la tarea educativa, y con tanto esmero lo realicé, recordando a mis alumnos con sus rostros llenos de ilusión, buscando un abrazo de su seño.
Frases como estas:
“Enseñar es dejar una huella en la vida en las personas”
“Educar es el arte más poderoso para cambiar el mundo”
Las mismas y entre otras, siempre presentes en nuestra cartelera del acto del 11 de septiembre, claro, tiempos diferentes donde todos nos reuníamos, nos deleitábamos cantando el himno nacional, la marcha a Formosa, disfrutábamos de los números artísticos y por si no podía faltar el regalo para mi maestra, que felicidad; que placer, sentir el amor genuino desinteresado de mis alumnos, todos los regalos tenían un valor especial pero lo que más me llenaba el corazón, eran esas tarjetitas elaboradas con sus propias manitas, si, creatividad pura, donde se plasmaba, un corazón, una flor y su texto decía:
“Te Quiero Maestra”
Si claro, a todos los guardaba y ya pasado el tiempo, algunos todavía están en una caja de esas que armamos los maestros, como un baúl del recuerdo y como al comienzo mencione el tiempo, un presente diferente; antes el pizarrón y la tiza, el guardapolvo que distinguía al maestro, y el cuaderno; los lápices y el pupitre distinguían al alumno.
Hoy, la tecnología nos da su espacio lo virtual fluye en estos días. Me pregunto:
“¿Seguirán los afectos?”
Pero sigo con la esperanza y un mensaje para el educador de este tiempo:
Tu alumno nunca te dejara de decir “A-E-I-O-U” la mejor maestra/maestro eres tú.
Gracias por enseñarme con el corazón. Feliz Dia del Maestro
