La sociedad enarbolada por el presidente Alberto Fernández y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para combatir la pandemia durante los primeros meses está llegando a su fin, y si bien el trabajo conjunto continúa, las tensiones crecieron fuertemente y el clima amistoso quedó a un lado.
El 9 de julio, durante el acto improvisado con gobernantes e importantes empresarios, el Presidente presentó a Rodríguez Larreta como su “amigo”, lo que derivó en reproches para ambos desde los sectores más duros de sus respectivos espacios.
Ese mismo fin de semana, el jefe de Gobierno porteño salió a desmarcarse en una entrevista con La Nación: consideró que la palabra “amigo” era mucho para referirse a Fernández y subrayó que incluso Mauricio Macri no lo era, aunque ratificó su buena relación con el ex mandatario.
Pocos días más tarde, esa relación que había generado que funcionarios de la Casa Rosada aseguraran que “Larreta es uno de los nuestros” quedó en el pasado rápidamente.
Durante una de las tantas presentaciones de obras que el Presidente encabeza desde Olivos, Fernández criticó la centralización del país, dijo que la gente viene a buscar alimentos a la Ciudad y “se lleva el virus” y criticó el sistema sanitario de Rodríguez Larreta.
“Hoy la gente se enferma en Ciudad y tiene que atenderse en Provincia porque no tienen lugar”, aseguró Fernández.
Un segundo capítulo sucedió cuando, durante una marcha por el pedido de justicia por la muerte de Santiago Maldonado, la polícia de la Ciudad reprimió a quienes se movilizaban, lo que derivó en una dura crítica por medio de redes sociales de parte del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, quien también había consolidado en los primeros meses de pandemia una buena relación con el jefe de Gobierno porteño.
“Después de varias marchas anticuarentena en las que hasta agredieron a periodistas y móviles sin que apareciera ni un efectivo de la Policía de la Ciudad, hoy vimos la represión a familiares de Maldonado y organismos que recordaban el aniversario de su muerte”, escribió De Pedro en su cuenta de Twitter.
El tuit fue replicado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien escribió: “Wado tiene razón: para el gobierno de la Ciudad no todos los ciudadanos y ciudadanas son iguales”.
Desde la Ciudad decidieron no responder directamente a las críticas, aunque en privado altos funcionarios cercanos a Larreta aseguran que el ataque fue orquestado luego de que el oficialismo encargara algunas encuestas sobre el escenario electoral de 2021, cuando serás las elecciones de medio término.
En esos sondeos, el Presidente aparece como el dirigente con más imagen positiva seguido por Rodríguez Larreta, pero con una diferencia importante: el jefe de Gobierno porteño tiene una imagen negativa muy baja, lo que indicaría que potencialmente todavía puede seducir a una gran cantidad de votantes.
“Larreta está muy cómodo en su situación. Gobierna el maxiquiosco de la Ciudad y no tiene que resolver el gran problema que hay hoy en el Conurbano bonaerense, que es donde está la base electoral del oficialismo”, explicó a NA un consultor político que suele hacer llegar sondeos a la Casa Rosada.
Desde el oficialismo aseguraron, sin embargo, que no llegó ninguna encuesta y que, lejos de ser un ataque orquestado, el tuit de De Pedro se dio por su sensibilidad con las causas de derechos humanos y fue “sin pedirle permiso a nadie”, lo mismo que la respuesta posterior de Cristina Kirchner.
“Lo de las encuestas fue la respuesta de Larreta, que no habla porque otros medios periodísticos hablan por él”, aseguraron a NA desde Casa Rosada.
De esta manera, en el punto más alto de contagios y muertes, el trabajo conjunto que venían mostrando Rodríguez Larreta y Fernández sufre importantes fisuras que se acentúan cuando el 2021 entra en la política.
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