La bomba virulenta detonada en los últimos días en el búnker xeneize recién tuvo sus primeros coletazos en la jornada de ayer, cuando desde Boca hicieron saber que varios futbolistas e integrantes de la delegación que se halla en el hotel de Ezeiza tuvieron síntomas de casos positivos de COVID-19. Para despejar cualquier duda, todos fueron sometidos a testeos que arrojarán resultados mañana. Juan Román Riquelme estuvo al tanto de inmediato.
El responsable del Consejo de Fútbol no tuvo contacto con los jugadores que descansan y desde hoy se mantienen aislados en habitaciones dobles sin siquiera entrenarse por videollamada. Tampoco los otros miembros del departamento que preside (Raúl Cascini, Marcelo Delgado y Jorge Bermúdez). Pero a sabiendas de la inesperada ola de contagios, Román fue uno de los que impulsó la idea de aislar completamente a Miguel Ángel Russo.
Cabe recordar que el entrenador xeneize está catalogado como paciente de riesgo y hasta faltó a algunos de los entrenamientos planificados en el predio que la institución posee en Ezeiza cuando los jugadores solamente se movieron bajo tareas físicas, con la misión de preservar su salud al máximo. Russo, que tomó todas las precauciones habidas y por haber, se encuentra en su domicilio a la espera de los resultados de los hisopados en Ezeiza. Según le confirmaron a Infobae, está en perfecto estado de salud y sin síntomas de coronavirus.
No es que Riquelme no se interesara en el estado de los futbolistas del plantel o empleados sospechados de haber contraído el virus, pero sí enfatizó en que había que proteger cuanto antes al DT para no ponerlo en riesgo conociendo su historia clínica.
Cuando mañana el departamento médico xeneize compruebe los resultados de los exámenes para determinar cuántos y quiénes son los integrantes de la burbuja que se contag aron decoronavirus restarán apenas 15 días para el primer compromiso del equipo tras el parate por la pandemia. Será en Paraguay frente a Libertad por la tercera jornada del Grupo H de la Copa Libertadores. Qué once estará en condiciones de alinear Russo es una incógnita.
Pero para el vicepresidente segundo de Boca el mal pudo haber sido peor si la ola de contagios se desataba a pocos días del reestreno de los conducidos por Miguel en este 2020. Riquelme tenía claro (como todos los directivos de los demás clubes) que una situación masiva de casos positivos podía llegar a registrarse de un momento a otro. Por eso, si mañana se confirma que alrededor de una decena de jugadores contrajeron el virus, buscarán ver el lado positivo: pese a quedar diezmados para los entrenamientos en las próximas dos semanas, quedarán disponibles para salir a la cancha contra Libertad.
Ni una situación caótica de este estilo perturba demasiado a un Román, que también está abocado a definir otras cuestiones vinculadas al mercado de pases. Él también dio el visto bueno para que el club tomara la determinación de mantener al margen de las competencias oficiales a Sebastián Villa, quien no volverá a vestir la camiseta boquense hasta que la Justicia se expida por el caso de violencia de género en el que quedó involucrado. Hasta ahora Riquelme optó porque Boca no realice aclaraciones públicas o emita un comunicado al respecto, pero el jugador está al tanto de la decisión y continuará practicando a la par de sus compañeros pese a haber quedado imposibilitado de jugar cuando los resultados de los estudios así lo permitan.
Tanto el presidente del departamento de Fútbol como el cuerpo técnico se mantuvieron en contacto con el colombiano desde que la denuncia de su ex pareja salió a la luz y no descartan transferirlo en el actual mercado de pases si la oferta de un club del exterior satisface las necesidades económicas en la Ribera.
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