Un nuevo trabajo a cargo de investigadores españoles concluye que existe una relación directa entre un peor perfil de ingesta de determinados minerales y vitaminas y una mayor incidencia o mortalidad causada por la COVID-19.
Cada vez existen más evidencias de que unos hábitos de vida saludables pueden desempeñar un papel fundamental en la prevención de la COVID-19. Una mayor incidencia o mortalidad causada por la enfermedad están directamente relacionados con diversos factores modificables a través del ejercicio físico y la alimentación como la obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular y pulmonar.
En este sentido, un equipo de expertos del grupo de investigación en Nutrigenómica y Obesidad de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y del CIBEROBN, dirigido por Andreu Palou, ha publicado un estudio en el que se analiza la posible influencia de los nutrientes esenciales principales en la prevención de la COVID-19.
“La falta de conocimiento sobre los mecanismos biológicos del coronavirus SARS-CoV-2, así como la ausencia de vacunas y tratamientos efectivos contra la enfermedad que provoca la COVID-19, han situado en el punto de mira los factores que pueden comprometer el correcto funcionamiento del sistema inmune en la lucha contra las enfermedades infecciosas. Entre estos, la nutrición, dado que se considera fuera de duda que la ingesta correcta de nutrientes esenciales tiene un impacto beneficioso en el sistema inmunitario y la protección contra las enfermedades infecciosas”, aseguran los investigadores.
El trabajo, publicado en la prestigiosa revista ‘Nutrientes’, considera principalmente las seis vitaminas (A, D, C, B6, B9 y B12) y los cuatro minerales (hierro, zinc, cobre y selenio) que tienen una participación demostrada en el mantenimiento saludable del sistema inmune, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Así, los investigadores analizaron la ingesta de estos nutrientes en la población de diez países europeos a partir de la literatura científica publicada y han estudiado la relación con los indicadores epidemiológicos de la COVID-19.
Como resultado, los investigadores destacan que existe una correlación entre los factores nutricionales y los indicadores epidemiológicos, de modo que los países con el peor perfil de ingesta de estos micronutrientes (España, Italia, Bélgica, Reino Unido y Francia) son los que han recibido el golpe más fuerte de la pandemia COVID-19.
En resumen, los resultados sugieren que, en el conjunto europeo, la insuficiente ingesta de las vitaminas D, C y B12, y los minerales hierro y zinc, se asocia a una mayor incidencia o mortalidad causada por la COVID-19.
Genética y la nutrición personalizada
Además, los investigadores también han tenido en cuenta las particularidades genéticas que pueden predisponer a un mayor riesgo de déficit de estos nutrientes. Por ese motivo consideran que la detección de individuos con un alto riesgo genético de mostrar niveles bajos de nutrientes específicos permitiría diseñar pautas de nutrición personalizadas para promover la salud.