En su audiencia de los miércoles, el líder de la Iglesia Católica subrayó que “la sabiduría de los grupos más humildes no puede dejarse de lado”.
Desde Roma
El papa Francisco llamó este miércoles a todo el mundo a asumir la parte de responsabilidad que le corresponde a cada uno, para mejor salir de la crisis del coronavirus “que es sanitaria pero al mismo tiempo social, política y económica”. Y pidió que todos los sectores de la sociedad sean escuchados y no sólo los grandes grupos financieros o farmacéuticos, éstos últimos en relación al tratamiento de la pandemia.
En ocasión de la tradicional audiencia de los miércoles en la que el Papa se dirige a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro pero que ahora, con la covid, se hace de modo restringido en el Patio de San Damaso dentro del Vaticano, Francisco subrayó que “tenemos que responder no sólo como individuos sino también a partir de nuestro grupo de pertenencia, del rol que tenemos en la sociedad, de nuestros principios y, si somos creyentes, de la fe en Dios”. Pero “a menudo muchas personas no pueden participar en la reconstrucción del bien común porque son marginadas, son excluidas o ignoradas”, dijo Francisco. Y enfatizó: “así no se puede salir de la crisis, o en cualquier caso no se puede salir mejores. Saldremos peores”.
Según Francisco, “la contribución de los individuos, de las familias, de las asociaciones, de las empresas, de todos los cuerpos intermedios y de las iglesias, es decisiva” para salir de la crisis. “Hay que dejar hablar a todos”, no hay que excluir la sabiduría de los grupos más humildes, subrayó el pontífice que puso como ejemplo de voces que no son escuchadas, la de los pueblos indígenas y sus culturas.
Francisco citó el llamado “principio de la subsidiaridad” que mencionó el papa Pio XI en su encíclica “Quadragesimo Anno” que escribió después de la crisis económica del 1929. El principio de la subsidiaridad es una colaboración de arriba hacia abajo, es decir del estado hacia el pueblo, pero también de abajo hacia arriba, es decir de las asociaciones populares hacia arriba, es decir hacia el estado. “La sabiduría de los grupos más humildes no puede dejarse de lado”, subrayó Francisco, porque “no hay verdadera solidaridad sin participación social, sin contribución de los cuerpos intermedios como familias, asociaciones, cooperativas, pequeñas empresas. Todos deben contribuir y ayudar a corregir ciertos aspectos negativos de la globalización y el accionar de los estados, como ha sucedido también con el cuidado de la gente afectada por la pandemia”, explicó el pontífice.
Sobre el tema de las grandes medidas de ayudas financieras tomadas por los Estados, por ejemplo, “se escucha más a las grandes compañías financieras que a la gente. Se escucha más a las compañías multinacionales que a los movimientos sociales”, indicó. Y dicho en palabras “de la gente común: se escucha más a los poderosos que a los débiles y este no es el camino”, subrayó el Papa. No es la primera vez que Francisco se refiere al poder de las grandes multinacionales y los mercados financieros. Una de las primeras veces que se refirió al tema abiertamente fue en 2014, durante un convenio organizado por el Pontificio Consejo Justicia y Paz del Vaticano. En ese momento dijo que era imposible “seguir tolerando por largo tiempo que los mercados financieros gobiernen la suerte de los pueblos” en vez de “servir a las necesidades” de las personas.
En cuanto a las curas del coronavirus , ahora “se escucha más a las grandes compañías farmacéuticas que a los trabajadores sanitarios, comprometidos en primera línea en los hospitales o en los campos de refugiados. Este no es un buen camino. Todos tienen que ser escuchados, los que están arriba y los que están abajo, todos”.
“O juntos, o no funciona -enfatizó el Papa- . O trabajamos juntos para salir de la crisis, a todos los niveles de la sociedad, o no saldremos nunca. Salir de la crisis no significa dar una pincelada de barniz a las situaciones actuales para que parezcan un poco más justas. Salir de la crisis significa cambiar, y el verdadero cambio lo hacen todos, todas las personas que forman el pueblo. Todos los profesionales, todos. Y todos juntos, todos en comunidad. Si no lo hacen todos el resultado será negativo”.
“No tengamos miedo de soñar en grande, buscando ideales de justicia y de amor social. No intentemos reconstruir el pasado. El pasado es pasado, nos esperan cosas nuevas”, concluyó el papa Francisco.
Este mensaje del Pontífice de alguna manera anticipó algunas de las cosas que tratará en su próxima encíclica, “Hermanos todos”, sobre la cual todavía no se conocen los contenidos pero que estará referida siempre a la pandemia, en particular al modo en el que el mundo debería afrontar la crisis post covid 19, con un gran cambio a nivel espiritual, económico, social y ambiental.
La encíclica será firmada el 3 de octubre por el Papa en la tumba de San Francisco, en Asís (Italia central), luego de celebrar misa en la basílica donde está enterrado el santo. San Francisco es un santo muy amado por el Papa y por el cual eligió llamarse Francisco como pontífice. El 4 de octubre, en efecto, se celebra el día de San Francisco. “Hermanos todos” será la tercera encíclica de Francisco después de “Lumen Fidei” (2013) y “Laudato si” (2015).
Para hablar de economía durante y después de la covid-19, el papa Francisco impulsó la realización de “La economía de Francisco” un encuentro que se hará en Asis del 19 al 21 de noviembre con la participación de expertos pero también la presencia virtual del Pontífice.