El jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, le pidió a las autoridades porteñas que “haga cumplir los protocolos con los que se comprometieron” en relación a las aperturas que se fueron dando en la ciudad y consideró que “hay imágenes que muestran” que esos procedimientos “no se cumplen”.
“Necesitamos que la ciudad cumpla con los protocolos a los que se comprometió. Hay imágenes que muestran que los protocolos no se cumplen”, dijo el funcionario en declaraciones radiales, en referencia a las aglomeraciones de personas que se registraron anoche en las veredas de varios bares y restaurantes de la ciudad, actividad que fue permitida desde esta semana.
En ese marco, Cafiero dijo que cumplir los protocolos “es fundamental para que la propagación del virus no continúe ascendiendo, que es lo que sucedió esta semana con récord de casos, fundamentalmente en la ciudad de Buenos Aires”.
En respuesta, el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, aseguró que en los bares y restaurantes de la ciudad “se cumplen los protocolos” sanitarios, pero admitió que siempre puede haber casos de violaciones, y anunció que hoy se van a “reforzar los controles”.
“Control exhaustivo”
Indicó que el Gobierno porteño hizo “un control exhaustivo en la ciudad para cumplir con todas las condiciones y cuidados, pero siempre hay algún lugar donde se puede incrementar ese control, por eso estamos pidiéndole a la gente mucha responsabilidad”.
En este marco de apertura, Télam habló con los trabajadores de la salud del Hospital Carlos Durand, del barrio de Caballito, quienes se mostraron agotados y apremiados por una demanda creciente de personas contagiadas.
Los trabajadores, que acaban de perder a tres de sus compañeros como consecuencia del virus, contaron que no hay personal para cubrir la demanda que requieren las 48 camas de terapia intensiva que tiene ese centro de salud.
“Estamos exhaustos, a esta altura hay una angustia permanente en los compañeros de trabajo, estamos siempre al límite”, aseguró durante una recorrida realizada por Télam Gastón Kalniker, uno de los enfermeros del Durand, donde más de 300 trabajadores se infectaron con Covid-19 y murieron tres enfermeros.
“No damos más y estamos en la primera línea; sabés que no te podés permitir un error y la presión te genera un cansancio extra. Puedo entender el fastidio de todos, pero no puedo comprender cómo desde el Gobierno se fomentan ese tipo de encuentros, se abren bares, peatonales y se promueven marchas”, enfatizó.