Tengo 48 años, llegué de mi ciudad natal Corrientes a Colonia Pastoril con 22 años, a los pocos días de llegar empecé a trabajar en la Escuela N°48 y no me volví más, 26 años de labor, 26 años de múltiples experiencias, adaptaciones a nuevas metodologías; capacitaciones, cambios en el sistema de educación, el docente siempre debe cambiar, debe explorar, a veces sin siquiera consultarnos.
El docente, el maestro presente va más allá de impartir “saberes”, sos psicóloga; asistente social; enfermera; mediadora.
Cuantas veces me encontré “escuchando” toda la problemática familiar y si solo solicite presencia del padre o tutor por inasistencia del alumno; o siendo participe de reclamos porque no sabían como realizar, como así también invita a todas las fiestas.
Creo que nadie sabe mi nombre, ni apellido, pero si llegas a Pastoril y preguntas por “la seño Betty” te dirán donde es mi domicilio.
La profesión del docente es un servicio, implica mucho de la persona que lo ejerce a esta profesión, trabajar fuera del horario de servicio, quedarte con ese niño o niña muertos de miedo por que su familia no lo busca en horario, es acompañarlos ante cualquier tragedia, y sin dudas la que más te afecta. Como docente me toco la peor enterrar a ex alumno al igual que los padres, no estas preparado para esto, algo durísimo; o bien “Tus tragedias que debes llevarlas con vos porque no quedan en la puerta de la escuela; por que tu compromiso siempre es mayor; lo reprimís; te pintas la cara; dando lo mejor de ti.”
La magia que se vive en ese magnifico entramado vincular del aula solo lo puede entender quien vive esta profesión.
Feliz día a cada uno en especial a mis colegas, que colaboran en mejorar la calidad de vida en un reto continuo y un aprendizaje constante. Tener una chance para mejorar el mundo o lo que ese “ser” que enseñas pueda modificar el suyo.
