La violencia machista se manifiesta en diversos ámbitos de la sociedad y en cada uno de ellos adquiere características particulares. En el ámbito de la política, los ataques contra las mujeres, travestis y trans contienen “un mensaje aleccionador que va más allá de sus destinatarias concretas sino al conjunto de las identidades feminizadas”.
Según una investigación realizada por Agustina Gradin y Karina Iummato junto al Observatorio Julieta Lanteri de FUNDECO, el Observatorio Electoral de COPPPAL y el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la violencia machista en el ámbito político comprende “cualquier acción u omisión basada en el género que cause daño a una mujer y tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el goce o ejercicio de sus derechos políticos”. Se produce por el simple hecho de ser mujer y por participar del debate político. Puede incluir, entre otras, violencia física, sexual, psicológica, moral, económica o simbólica.
En nuestro país más del 60% de los episodios de violencia política ocurren por medio de Internet, especialmente en las redes sociales. Para estudiarla, las investigadoras analizaron todos los posteos e interacciones de las cuentas de 22 candidatas que compitieron en las elecciones de 2019, tanto a nivel nacional como provincial. Por ejemplo, Cristina Kirchner, María Eugenia Vidal, Victoria Donda, Silvia Lospenatto y Myriam Bregman.
Las cuatro principales dimensiones de la violencia machista en el ámbito político son las expresiones discriminatorias, el acoso, el desprestigio y las amenazas.
Dentro de la primera categoría se destacan los comentarios sobre el cuerpo y la sexualidad de las mujeres -gorda, fea, puta-, sobre sus roles y mandatos de género -mala madre, infertil- y el menosprecio de sus capacidades -pendeja, boluda, inútil-.
Para la parte cuantitativa del estudio, se descargaron y analizaron 343.845 tweets publicados entre el cierre de listas y la elección general vinculados a las cuentas oficiales de las candidaturas monitoreadas. Así se identificaron 16.748 que contenían agresiones o referencias a mensajes con contenido de violencia machista en la política.
Un 54% de las agresiones que sufrieron las candidatas fueron expresiones discriminatorias, mientras que el 25% fue encuadrado dentro de la categoría de acoso. Otro 16% fueron amenazas y un 5% campañas de desprestigio.
Dentro de las agresiones que fueron consideradas expresiones discriminatorias, el 39% se vincula con roles y mandatos de género, el 34% con el menosprecio de capacidades y el 27% son alusiones al cuerpo y a la sexualidad.
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