En los últimos días, en Naineck se quemaron 20 hectáreas de bananales, en Riacho una chacra de unas siete hectáreas no se salvó del fuego y Herradura tampoco escapó a esta situación. Desde la Estación meteorológica Las Lomitas indicaron que, de acuerdo a los pronósticos que se manejan, la situación de escasas lluvias y sequía “se prolongará unos dos o tres meses más”
Ante la prolongada sequía producto de la falta de lluvias, los incendios de pastizales, campos y montes se multiplican poniendo en jaque no solo a la ya resentida actividad agropecuaria provincial sino también a los ecosistemas.
Atento a esta situación, el Licenciado Franco Del Rosso Director de Recursos Naturales y Gestión, recalcó que “cuando hay sequía se multiplican los focos de incendios rurales, de pastizales y de lugares boscosos. Hoy, en gran parte de la provincia hay focos de incendios que son mayormente provocados, en algunos casos por irresponsabilidad o desidia y en otros intencionalmente. El fuego provoca que los animales huyan de los lugares que se incendian y en esa huida quedan expuestos a ser cazados pero en el mayor de los casos, lo que tenemos es el atropellamiento porque cruzan de forma abrupta las rutas y son atropellados”.
Por ello, en este último tiempo son cada vez más los casos de ejemplares de la fauna silvestre que terminan atropellados en la ruta.
Ante esto, la Dirección de Recursos Naturales puso en marcha una campaña de prevención a través de las redes sociales para “concientizar a la gente sobre lo importante de circular por las rutas con cuidado, sobre todo si hay fuego cerca, para evitar atropellar a los animales silvestres que huyen de las llamas”, enfatizó Del Rosso.
Pronóstico poco alentador
Por su parte, el meteorólogo Fernando Alegre, responsable de la Estación Meteorológica Las Lomitas explicó que “climatológicamente la provincia de Formosa está dividida en dos: un clima subtropical con estación húmeda que empieza a la altura de Ibarreta y el subtropical con estación seca que va desde Ibarreta hacia el Oeste. Acá, en el Oeste, la sequía se siente siempre en un periodo bastante largo entre marzo y noviembre y principios de diciembre cuando las lluvias son muy pocas o escasas y eso hace que comience a notarse la falta de agua a finales de julio y principio de agosto y que tengamos las famosas sequías de esta zona”.
Además, recalcó que “hace dos o tres años atrás que no se producían estas sequías tan pronunciadas pero, este año es como que se volvió a la normalidad en cuanto a clima y estamos sufriendo en el Oeste una falta muy importante de agua”.
A esto agregó que, de acuerdo a los pronósticos que se manejan, “esto se prolongará unos dos o tres meses más. En ese lapso no se esperan grandes precipitaciones y si surgen algunas de 60 o 70 mm, como es tanta la falta de agua, apenas se sentirán”.
Desesperante situación en Riacho He Hé
El sábado, en horas del mediodía se desató un incendio que comenzó en un campo lindante a la chacra de Gladys Vega, una mujer de 63 años. El viento y los pastos secos hicieron que las llamas lleguen hasta su chacra, consumiendo las siete hectáreas de la misma, su gallinero de palmas, y casi llegaron a su casa.
Gracias a la colaboración de los vecinos se pudo sofocar evitar que eso suceda, logrando desviar el fuego.Cristian, hijo de Gladys explicó: “la casa de mi mamá se encuentra en el Bº Obrero de Riacho. Yo vivo al lado y la verdad es que no sabemos cómo se inició el fuego porque comenzó en el fondo, en lo de unos vecinos. No sé si fue intencional o accidental pero las llamas se acercaban cada vez más a la chacra de mi madre que estaba con pastos secos por la sequía que hay. El fuego empezó a venir por detrás de la casa, quemó el gallinero de palmas y faltó menos de dos metros para que queme la casa”, explicó.
Con el fuego llegaron los vecinos solidarios con quienes “tiramos agua para que no avance. No lo pudimos apagar pero sí lo desviamos. El trabajo de bomberos lo hicimos con los vecinos y después vinieron tres policías que estuvieron ayudando por más de dos horas”.
Cabe consignar que Riacho no cuenta con un Destacamento de Bomberos y que, si bien “los policías pidieron ayuda a Bomberos de Laguna Blanca, no pudieron venir porque estaban atendiendo otro incendio”, comentó.
Doña Gladys tiene 63 años y es diabética. Con la situación desesperante que le tocó vivir al creer que su casa era consumida por las llamas ya que no alcanzaba a divisarla por la densa humareda, se descompensó. “Lo triste es que sólo los vecinos acercaron su solidaridad pero, ninguna autoridad vino siquiera para preguntar cómo estamos”, cerró el hijo de la damnificada.
Intentaron salvar parcelas haciendo “cortafuego” con un tractor con arado
En la jornada del lunes un incendio en la Colonia La Loma, Jurisdicción de Naineck consumió una chacra de 20 hectáreas de cultivo de banano. El fuego comenzó alrededor de las 14 y demoraron poco más de tres horas para sofocarlo.
Según el testimonio de los vecinos que ayudaron a la familia Boscarino a luchar contra el fuego. “Ni bien vimos el fuego nos juntamos unos 10 vecinos para ayudar y luego llegó un equipo de Bomberos con mochilas para tratar de sofocar el fuego. Tuvimos que hacer cortafuego con un tractor con arado para tratar de salvar algunas parcelas”, detallaron.
Asimismo comentaron que se llegó al lugar del siniestro el secretario de Obras Públicas de la Municipalidad junto a los bomberos de Laguna Blanca porque Naineck tampoco posee un Destacamento de Bomberos. “Controlamos el fuego en el bananal pasadas las cinco de la tarde pero el fuego siguió en el campo lindante. Aparentemente vino de un campo contiguo al bananal”, consignaron.
La familia Boscarino, productora de banana, es una de las pocas que tiene mayor extensión de este cultivo en la Colonia. De un total de unas 40 hectáreas se quemó la mitad, estimativamente.
Por otra parte, desde la villa turística de Herradura, lectores de este matutino denunciaron que “viven prendiendo fuego y en esta oportunidad casi llega a las casas. Queremos que la gente tome conciencia y dejen de quemar pastizales”, reclamaron para expresar que el máximo temor que tienen pasa por la sensación de que “no van a parar hasta que pase algo malo”.
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